miércoles, 10 de septiembre de 2008

A ver que piensas




Me asomo a la ventana.

Veo gente que va de un lado para otro y no se que es lo que hacen, ni sus nombres, ni sus deseos.

Siempre, desde que era así de chiquito, pensaba que seria lo que hay dentro de cada uno, y no me refiero al relleno visceral, sino a los pensamientos.

Que es lo que nos hace pensar cosas tan diferentes, que hay en los pensamientos de los demás. Inclusive, me sentaba mirando un perro que tenía por ese entonces, y trataba de imaginar si estaría pensando en algo mientras me miraba y no dejaba de jadear con su babosa lengua fuera de su hocico.

Siempre sacaba alguna conclusión que talvez no fuera muy acertada, pera era suficiente para quedar convencido.

Ya de más grande me di cuenta que no debía preocuparme tanto por que pensaban los demás y poner en orden los cajones de mi cabeza, que con eso tenía suficiente.

Pero, uno no puede dejar de hacer las cosas que intuitivamente hace por reflejo o por costumbre, y entonces sigo mirando fijo a alguien y tratando de imaginar que piensa.

Con la gente que conozco y trato habitualmente no me pasa tanto como con las personas que me resultan extrañas e inclusive con algunas que ni personalmente e tenido contacto pero que las veo en fotos o en revistas.

No busco ningún indicio en particular, solo el rostro, su expresión y la dirección de su mirada.

Los resultados?, no se, quizá no sean los correctos, o sea, que no tienen relación con la realidad de lo que por las mentes de estas personas este pasando. Pero es un juego y como ejercicio es entretenido.

Cuando hago un análisis de esta tarea y sus conclusiones me doy cuenta que lo que veo es nada más que el reflejo de mis propios pensamientos en otra situación y siempre están dependiendo de mis estados de ánimo.

Posiblemente algún día trate de ver en que estas pensando y te lo comente haber si acerté, y eso si, prometo no dibulgarlo.

viernes, 29 de agosto de 2008

Peones de buena madera

Tan viejo como noble
Viejos y en yunta

Infectado de experiencias


Trozos inertes de buena madera que sirven para delimitar y marcan sin saberlo el inexorable paso del tiempo, evidenciado en sus marcados rasgos.

domingo, 24 de agosto de 2008

Me gustaría

Como me gustaría
poder decir todo lo que pienso.
Por ahora,
me conformo
con pensar todo lo que digo.

jueves, 21 de agosto de 2008

Oid mortales el grito sagrado, libertad, libertad


Soñaba que era libre.
Tan libre que si lo deseaba podí
a volar.
Y volaba bajo; por momentos me elevaba y desde arriba miraba todo, para decidir
donde bajar. Iba desnudo, pues era libre y nadie me decía nada, ni siquiera las demás personas que volaban junto a mí y las que iban en otras direcciones.
Fue ahí cuando en la plenitud de mi libertad decidí impulsarme a mayor velocidad para sentir el aire chocar con mi rostro y pipipi… y cuando pipipi… Que es eso? Pipipiii. Pipipiii. Pipipiii. ¡La puta que libertad ni libertad! El despertador nefasto que me taladra la cabeza. Son las 6:00 a.m. y por más que no quiera tengo que despertarme, levantarme y salir a la calle a la rutina diaria. Bueno, igual tengo que dar gracias porque soy libre: libre de entrar a trabajar a la hora que me dicen, li
bre de hacer las tareas que me mandan, etc.
La libertad es un concepto como el de la felicidad. Son solo momentos, instantes en el transcurso de una sucesión de vivencias, efímeros como el tiempo mismo, variables e inestables con probabilidad de precipitaciones.
Si, ya se que si aceptas pertenece
r al sistema, si entras en su circuito tenés que aceptar las reglas. Sos libre de elegir si querés pertenecer al grupo de personas que caminan todos en un mismo sentido hacia objetivos poco claros, pero que en ningún momento paran a cuestionarse si van a donde quieren ir o si van donde los llevan, y ni se te ocurra parar a mirar o detenerte a descansar un instante, ni siquiera para leer este blog, porque te pasan por encima y ni siquiera te van a preguntar si te dolió o si necesitas ayuda porque se arma un choque en cadena.
Podes elegir ser de los que van a contra mano con todo lo que ello implica, un ser molesto con ideas en la cabeza, estorbando en el camino de los otros, distinto, haciendo cosas para llamar la atención, cosas aberrantemente originales y rupturistas, cosas de raritos, de locos, de genios.

En fin, si lo deseas podes ser libre y disfrutar de volar desnudo. Solo tenés que tener la precaución de hacerlo mientras estas soñando y no necesariamente dormido. Eso si hazlo volando lo más alto posible para que no te molesten las personas que van todas en un mismo sentido hacia quien sabe donde.

miércoles, 13 de agosto de 2008

Dos estraños son...


Estirando el brazo para alcanzar el enchufe sin levantarse, conectó la noteboock al toma corriente. Estaba tan concentrado escribiendo, que poco le había importado el aviso de batería baja. Llevaba la PC siempre con él, desde aquella vez que la inspiración lo sorprendió sin lugar donde plasmar las ideas. Media hora antes, un pensamiento le inyectó inquietud y con sumo cuidado para no despertarla, palpó en la oscuridad hasta alcanzar el desconocido baño. Arrimó la puerta de la manera más silenciosa que pudo, encendió la computadora y sentado en el frío inodoro comenzó a escribir.

Cuando regresó a la habitación, la luz del velador estaba encendida y ella lo esperaba recostada en una pila de almohadas fumando un cigarrillo y con una copa del JB que guardaba en la mesa de luz.
_¿Una copa?

_Hace tiempo que no tomo tanto. -respondió

Era la primera noche que pasaban juntos y personalmente se habían conocido unas horas antes en un café céntrico de la ciudad. La charla fue placentera y estuvieron de acuerdo en continuar el encuentro en un pub bailable ya avanzada la madrugada. Ella estaba feliz de conocer un hombre tan encantador. Se había prometido que nunca más concretaría una cita a ciegas por chat, pero fue tan galante e interesante que la sedujo en su fibra más íntima. No estaba desilusionada, sino todo lo contrario. Era atractivo, bien hablado y de un humor ácido.

Luego de unas copas de más, contando anécdotas en trabalenguas, tambaleantes y riendo, caminaron por las calles del antiguo barrio ya casi al amanecer. No pensaba tener sexo con él en la primera cita, pero la enterneció como contuvo a un desvalido perro que se les cruzó en el camino.

_Es adorable –pensó. Alguien que le habla al oído a un perro callejero, es un tierno.

Se besaron por primera vez en el taxi. Ella tomó la iniciativa, siempre fue una chica decidida, y le pareció más excitante aún. Él no era como los demás. Otro se habría aprovechado al reconocerla ebria. Tomó su mano y la apoyó en sus pechos. Él no desaprovechó la oportunidad, pero cuidó que el taxista no los observara.

_¿Querés tomar un café? –dijo ella buscando las llaves y proponiendo algo más en realidad.

_Me encantaría -respondió, cerrando la puerta del taxi y reconociendo su real propuesta.

Lo que sucedió desde el corredor hasta el dormitorio, fue puro desenfreno. Oleada de orgasmos de sexo inesperado. Ella no recordaba la última vez que se había entregado de esa manera. Las desilusiones habían calado hondo en su corazón. Ahora, aunque fuera por la borrachera, sentía esperanzas de olvidar a su amor perdido. Tal vez por ello despertó con los pies helados y sobresaltada por la ausencia. El ruido que provenía del baño la calmó. Encendió la luz, sacó un atado de cigarrillos de la mesita, lo abrió con paciencia. Fumando aguardó que regresara.

Después de tomar unas copas reían de todo. Se miraron a los ojos, se besaron e hicieron el amor una vez más. Ella se sentía contenida como nunca y temió enamorarse perdidamente del extraño. ¿Cómo explicaría esto a sus amigas? ¿Enamorada de un completo extraño? Sonrió escondida. Ya habría tiempo para las explicaciones. Ahora no podía dejar de observarlo mientras escribía en la computadora. Curiosa, miró el monitor recostándose en su pecho.

_¿Se puede ver? –preguntó.

_Dame un segundo. Escribo el gran final y lo podes leer –respondió mientras tecleaba.

No le molestaba que escribiera en la cama. En realidad le resultaba sexy su dedicación. ¿Cómo podría incomodarle si por ese medio lo había conocido? Recordó que la casualidad los unió en el chat. Él buscaba una vieja amiga perdida por una discusión sin sentido. Un error en una dirección de correo digitada de memoria los destinó a horas de inesperada charla escrita. Una invitación velada y la soledad que padecía ella, cuajaron en una cita. Por una vez sintió que la suerte estaba de su lado.

_Ya podés… –dijo él, pasando la portatil a su falda.

La escudriñaba atentamente no solo porque disfrutaba de su delicada belleza, sino porque quería descubrir en sus ojos el momento en que leyera el desenlace. Cuando el terror surgió de su mirada, él rodeó su cuello con el cable de la PC.

Juan la observó y sintió que era aún más bella sin vida. Pero lo invadió una profunda añoranza, ya que extrañaría los deliciosos comentarios que dejaba en su blog. Blog en el cual cada día, había menos comentaristas.

lunes, 11 de agosto de 2008

CIRCULO

vida y muerte


principio y fin


dos opuestos tan distantes que en un círculo son el mismo punto.

Soy libre, soy blogger

Publico esto en mi blog porque me senti edentificado como creo que se sentiran ustedes e invito a que difundan esto como lo hago ahora puesto que es inpotante interpretar a este medio como un espacio de relaciones en donde la libertad de expresarse sin prejuicios y con tanta variedad de opinión enriquese más aún que otros medios masivos.

Fernanda Rubio, haciendose eco de una iniciativa que tomó Victor Solano, nos invita a poner en nuestros blogs este manifiesto en el cual se establece claramente los principios que deben regir a todo autor de un blog.Son principios enunciativos, no taxativos o sea podés agregar más si asi lo deseas.Invito a sumarse a todos los que deseen:
Soy mi palabra. Soy coherente entre lo que pienso y lo que siento, como con lo que digo y lo que hago.
Reitero con mi blog mi deseo de expresarme libremente, de decir lo que quiera con responsabilidad.
Soy independiente de mis intereses y dependiente de mis principios. Y si tengo intereses, mis lectores los conocerán de manera transparente.
Al mantener mi blog soy consciente de que pertenezco a un entorno ante el que tengo derechos y con el que tengo responsabilidades.
Mis palabras tienen tanto peso que no necesitan que las defienda con acciones más allá de las palabras.
Repudio públicamente los ataques a mi blog o a cualquiera de las presencias en la red. Si ataco por las vías de hecho las obras de los otros, estoy admitiendo mi imposibilidad de argumentar.
Respeto tanto al otro como respeto a los demás. A pesar de las distancias respiro el mismo aire y eso nos pone en el mismo nivel.
Hago parte de una generación que, sin importar la edad, aprendió a expresarse tranquilamente en medio de un mundo hostil. Es algo que he ganado y que no estoy dispuesto a perder.
Puedo ser militante en cualquiera de los extremos del pensamiento o de las creencias y debo poder tener la certeza de que no seré agredido por ello.
Puedo equivocarme una, pocas o muchas veces, pero siempre tendré la humildad de reconocer mis errores.
Haré este texto mío con o sin estas palabras. Cada cual podrá adherir a él con las palabras que sienta más cercanas a su forma de expresión.
Mi compromiso con la libertad de expresión es irrenunciable e inembargable; no transo en ello.
Entregaré todas mis fuerzas a la consigna de la tolerancia a la palabra ajena. (eres libre de modificar o agregar tu parte)


Soy libre, soy blogger.
.


Pueden copiar esta imagen:

jueves, 7 de agosto de 2008

Uno y sus días malos

Alguna vez, debo reconocer, uno se levanta mal y se da cuenta que no tiene un buen día. Arrancamos mal diciendo al inerte e inimputable reloj que nos despierta a la hora que nosotros mismos le indicamos. Pobre aparato, maraña de engranajes y mecanismos ajenos a la realidad de su propietario (hay quienes también utilizan el celular, como si ya no tuviera suficientes trabajos el digital adminículo, le agregamos tareas insalubres).
Luego de realizar un descomunal esfuerzo para levantar un cuerpo, que por esas horas pareciera cuadriplicar su peso, emprendemos camino al baño, antes de encender alguna luz lo soficientemente agresiva como para que frunzamos toda la cara, y seguro, pero segurísimo, algún contundente mueble se intersecta en el recorrido de nuestros pesados pies, a los que por ese momento llevamos a la rastra. Y no es tanto el dolor, como la indignación de saberse un torpe y, en ese momento, surgen una serie de autoinsultos espontaneamente, casi reflejos.
Llegados al baño, y con la incandescencia de sesenta o más waths de potencia lumínica apuntando a nuestro rostro, con un ojo cerrado el otro abierto, haciendo fuerza para mantenerlos así, debemos contar con la suficiente puntería (claro está, los que somos hombres), como para que el inodoro reciba nuestra primera bendición.
Después de haber bautizado algo más que solo el inodoro, y continuando con la rutina matinal, nos disponemos a desayunar un café con leche, sin leche porque nos olvidamos de comprar y un poco amargo ya que no fue suficiente el azúcar que había. Lo acompañamos con alguna galletita o tostada húmeda, untada con los restos de la manteca o el fondo del frasco de mermelada.
Ya vestidos y desayunados, casi despiertos y a tiempo para salir a enfrentar el frió día de invierno, los que como yo van montados sobre dos ruedas al trabajo o a sus actividades, ese día es probable que nos encontremos con la gratísima sorpresa de un neumático en llantas. Pobre bicicleta no es culpable de nada, aunque igual recibe algunos puntapiés e histéricos sacudones.
Habiendo llegado algunos minutos tarde al trabajo, nos enteramos que no es exclusividad nuestra lo de levantarnos con un mal día y que nada más ni nada menos que nuestro jefe comparte este privilegio. Gracias al chiste de algún compañero él se entera de nuestro retraso y le sirve como descarga de su mal comienzo el hecho de asignarnos alguna tarea lo suficientemente desagradable como para condimentar más nuestro peculiar día.
Por surte si es que esta existe, por el destino para aquellos que aseguran que todo está escrito o por causalidades de nuestro propios hechos es que estos días nos tocan de cuando en cuando y hay que soportarlos y llevarlos lo mejor posible, porque seguro que después vendrán mejores, y si no llegan hay que salir a buscarlos.

miércoles, 23 de julio de 2008

Quien contesta lo que nadie sabe?



Que es lo que nos impulsa a seguir?
Por que absurda razón, sin razón, nos reinventamos día a día para volver a intentar, más allá de nuestras escazas provabilidades de lograr el fin anciado?
Será nuestra idiotez o existirá la esperanza de ver algo que realmente vaya en contra de todas las estadísticas de la metafísica?
Existirá un motor universal que demande nuestra energía como combustible para su funcionamiento. Una maquinaria más grande que nuestra capacidad de entendimiento. Un montón de estrujados y retorcidos mecanismos que se alimentan de lo que nosotros llamamos espíritu, o alma, o luz interior, o chi, o aura.
Quizá no exista una respuesta, o mejor dicho talvez existan muchas y ninguna sea la correcta, desde ya que esto será relativo como lo es todo en este universo.
Universo. Y se eso no es el final y si hay más aún. Quien llego hasta el final como para asegurar que es infinito y que cruzando el alambrado que delimita el universo no hay otro, en el cual se están realizando preguntas tan absurdas como estas en este u otros instantes.
Instantes, fragmentos de vida, migajas de un viaje a travez del espacio tiempo, tiempo, y al final suerte es mi destino.

viernes, 18 de julio de 2008

Hace mucho hubo un hombre...

Hace mucho, mucho tiempo, escribí estos dos fragmentos, de nada.
Hubo un tiempo que no hizo falta pensar en el tiempo.



Hubo un tiempo que en el tiempo no existía el hombre.


Hubo un hombre que creo a un Dios.


Hubo un hombre que estuvo en el tiempo.


Hubo un Dios que no nunca fue Dios.


Hubo un hombre que dijo, vio a Dios.


Hubo una persona que dijo ser Dios.





Hubo un mundo que se creyó dios y desapareció.



Hoy un viernes de Julio del dos mil ocho, crece una duda en mi corazón y en mi razón. Yo nunca fui muy religioso, y tal vez nunca lo sea. Poco a poco veo pasar los días, y las guerras, veo el hambre con que vive la mitad del mundo, veo como… como cerdos hambrientos de la inmundicia; van hacia el dinero y mientras más ricos son más ricos quieren ser y tiran todo lo que ellos no le gustan o lo que la “moda” les impone. En tanto en otra parte del mundo miles de niños mueren. Mueren del flagelo más espeluznante que existe en ese mundo. El hambre cruel martirio para el que lo padece, un insignificante sollozo para el que mira de lejos. Que ni siquiera se digna a hacer algo por aliviar su pena y su hambre. Y poder aliviar su propia alma.






jueves, 3 de julio de 2008

Ilusiones

Existen imágenes que tratan de que comprendamos que la realidad es relativa a los ojos que la ven o a los espíritus que la sienten.
El seductor juego de las apariencias cambia las percepciones y nos hace ver lo que queremos ver.

Imágenes bien logradas pueden desconcertar al más experto como al más ignorante de los observadores.
Imágenes con una síntesis ambigua causan asombro y alguna exclamación en escépticos espectadores.



Uno intentara descifrar el como fueron hechas o donde está el truco cual artilugio de un mago.
Uno intentará descubrir los métodos para saber como se logro llegar a esa imagen.
UNO, SI ES SENCIBLE, SE DARA CUENTA QUE HAY REALIDADES QUE SON UNA ILUSION Y REALIDADES QUE DESILUSIONAN....



..... O NO?




miércoles, 2 de julio de 2008

" el caldo" de Ana Gabriel Lopes-Miura

Esto no es mio pero se los convido para que se saboreen.


- Manolo no podía desprenderse de esa persistente gripe que lo asediaba desde hace una semana. Para la segunda consulta, el Dr. Villanueva había tenido que ir al apartamentito en Santurce donde vivían el paciente y su esposa, Sara, a auscultarlo una y otra vez. “Sólo es una gripe bastante fuerte y para eso le he recetado sus medicamentos. No se preocupen, lo que sucede que a los 75 años no se la pasa uno tan fácilmente como cuando tiene treinta, ¿o no, Don Manolo?-“Se pasa de mierda”-contestó lánguidamente el paciente, con una voz carrasposa y débil,que el Dr. Villanueva reconoció no sólo como el producto de la enfermedad,sino de la pobreza y de la vejez.-“Doña Sara, continúele dando las medicinas a Don Manolo y no se desespere. Es natural que a su edad tarde un poco más en mejorarse. ¿Por qué no le prepara un caldo de pollo, suavecito para el estómago, pero que le levante el espíritu?Desde ese día, Sara se levantó temprano todos los días a preparar el caldo. No iba a hacer como todas las vagas que conocía, o sea, dejar hervir el pollo y echarle un poco de sal. Para su Nolo,prepararía un caldo delicioso, con zanahorias,apio,ajo,cebolla, cilantrillo y hasta maíz. Se tardaba bastante en prepararlo, porque quería que todos los ingredientes dejaran su impresión y su sabor particular en en el caldo. El primer día en que le llevó su caldo a Manolo, éste pareció tomar un poco de color y se animó a encender el televisor y ver a “Columbo”, su programa preferido, durante unas horas. Sara estaba convencida de que en aquél caldo se habían reflejado todo su amor y todas sus buenas intenciones, así que continuó preparándolo y sirviéndoselo en la cama a Manolo, quien lo sorbía con avidez mientras veía la televisión. Luego de unos tres días , Manolo comenzó a desmejorar. Perdió el color nuevamente, se fatigaba al hablar y su respiración era entrecortada. “Sarita, mija, a ti es a a quien más quiero en ésta vida”-le dijo Manolo el cuarto día.Desde entonces, Manolo no volvió a hablar. Su mirada se quedaba fija en el televisor durante todo el día. Sara, por supuesto, se culpó a sí misma. Lo más probable es que no estuviese poniendo el esmero de antes en su caldo, se había confiado y por eso Manolo había empeorado, así que todos los días lo preparaba, se lo servía y hasta lo alimentaba ella misma. “Eso es,mijo, cómete ésto y te me pones bueno rapidito. Después te tomas las medicinas que te recetó el doctor. !Ay! Se te ensució el pijama. Te lo limpio ya, pero cómete este poquito más, mi Nolo del alma,mi viejo querido, pa’ que te me cures ya”.Cuando la policía llegó al apartamento de Doña Sara y Don Manolo, respondiendo a las quejas de sus vecinos de un hedor insoportable que provenía del lugar, tuvieron que taparse la boca y la nariz con un pañuelo. El hedor era insoportable. Casi no se podía respirar en aquél espacio tan pequeño, por lo que no podían comprender por qué aquella anciana que, ahora cocinaba algo parecido a un caldo en la estufa, ahora servía un poco en un plato hondo y ahora lo llevaba a la habitación adonde la siguieron y encontraron a un anciano muerto y en estado avanzado de descomposición, parecía no darse cuenta ni del hedor ni de su presencia.Necesitaron dos de sus hombres y una mujer policía para sacar a Doña Sara de la casa. El Sargento Miró vio al anciano,muerto en su cama desde hacía una semana. Las moscas lo rondaban. Su boca, cuello y la camisa del pijama estaban empapados de caldo.“Pobre vieja, coño”-dijo Miró ,tomando una cuchara de forma inesperada y probando el caldo que con tanto amor había preparado aquella señora que ahora sería enviada a un asilo. Miró sonrió tristemente después de probarlo.“¿Qué pasa, Sargento?”-preguntó el Oficial Pérez, el único que pudo entrar y quedarse adentro sin vaciar todo su contenido estomacal, cosa que sucedería muy pronto si veía al Sargento comenzar a comer afanosamente el brebaje..“No entiendo qué pasó”-respondió Miró- “Este caldo está como para revivir a un muerto.”

la que suena, es mi personalidad o la tuya?

La personalidad es aquel rasgo distintivo de una persona y en un sistema que exacerba el consumo masivo a la vez que el egocentrismo, es vital tener "personalidad".

Es una cuestión compleja que merecería el análisis de sendos vectores, sobre todo para dar luz sobre el porque, por ejemplo, un niño pobre insoportable, rebelde e insufrible es encajonado a golpes de instituciones y el mismo niño, pero rico, es simplemente una criatura con "mucha personalidad".

Esto no es solo adjudicable a los niños claro está. Un actor al que las mieles de Hollywood le han untado el cuerpo, y se viste como una prostituta de Shangai: tiene personalidad!!! Cualquier otro humano sería discriminado por la sociedad por esa rápida asociación que hacemos entre vestimenta y salud mental, nivel socio económico, nivel cultural, etc.

Pero gracias a una de las ultimas revoluciones en comunicación hoy podemos decir que occidente puede expresar su personalidad y la personalidad hoy esta al alcance de casi todos!!!!

¿Dónde? ...en el celular!!!
Eso al menos me han dicho. Escuche a un vendedor: "bueno, el modelo y el diseño que quiera depende de su personalidad".

Las compañías notaron que el mercado necesitaba sentir, al menos de forma ficticia, que existia un producto pensado para cada "personalidad" y que uno como usuario seguía manteniendo su personalidad más allá de uniformarse con la nueva tecnología.

Así como las Barbies se fueron reinventando para que una niña clase media occidental tuviera al menos hasta su adolescencia incentivos para seguir exigiendo Barbies, la telefonía celular comenzó a diversificar el producto. Barbie tenista, Barbie ama de casa, Barbie negra, blanca, de fiesta, lisiada, secretaria, peinada, despeinada, de safari, etarra, hippie, surfista, anoréxica, satánica y no se cuantas allá, de igual forma: hoy, casi no hay un celular igual a otro.

Lo cierto es que es casi imposible escapar de la fuerza centrifuga del mercado. Pero ya no existirá el problema de verme masificado, porque soy la masa, pero tengo personalidad, y la muestra es mi teléfono celular.
Lógicamente los modelos también ponen líneas divisorias entre aquel que saca fotos, se comunica, envía texto, guarda datos, descarga su agenda de la laptop y tiene radio, mp3 y demás cosas, con aquel que tiene un celular miserable. En pocas palabras el vendedor debería decir: ¿usted tiene una personalidad de quinientos dolares o esta pensando en una personalidad económica?

Pero más allá de las fundas, más deportivas, más Paris Hilton, más camufladas, más cibernéticas, más de etiqueta o de los colores intercambiables, o de los stikers que reflejan nuestra personalidad (gama que va desde Kitty hasta alguna cosa que nos vino en un paquete de papas fritas): existen los ringtones!!!!

¿Quieren más personalidad que eso? Somos libres!!!! Podemos expresar lo que somos a través de un rington (para aquellos que se preguntan que es un ringtone, es lo que suena hoy de manera más sofisticada que aquel ring ring que nos acompaño por casi un siglo de la historia humana.

Por suerte esta célula celular de la personalidad humana gana día a día en diversidad, y lo diverso es personal.

Pero hasta aquí este escrito llenó de alegría tecnologisista no anuncia la información más relevante. Hoy nadie necesita forjarse una personalidad a base de dolores, pasiones, elecciones, errores, aciertos, tenacidad, temple, oficio, etc. Hoy puedes bajarte tu personalidad de algún sitio de Internet!!!!! y eso no tiene precio. Sobre todo si tienes deseos de dejar en claro que tienes una personalidad determinada, única. Algún día se dejará de formular la pregunta: ¿de quién es este celular? para dar paso a ¿quien dejó su personalidad sobre esta mesa? o lo que es mejor ¿Tú eres de este celular?

Disculpen, pero tengo una llamada de alguien que colocó un sorprendente sonido de teléfono antiguo en mi celular a modo de ringtone. Qué original!!! ring, ring ... ring.

Conocí a Brian Hartley

Conocí a Brian Hartley hace unos diez años en la ciudad de Newcastle, Ingaterra. Estaba yo desayunando en un pub cuando el hombre se acercó a mi mesa preguntándome si estaba dispuesto a compartirla. Mire alrededor y aunque no me senti muy cómodo y dado que el lugar se encontraba muy concurrido y no ofrecía un solo lugar disponible, no tuve más remedio que aceptarlo como compañero casual.
Alto, delgado, de unos cincuenta y pico de años, canoso y vistiendo un traje de paño marrón bastante gastado, el caballero se mostró sociable y muy educado. Pidió un café y trató de no interferir en la lectura del periódico que me mantenía ocupado. Por cuestiones de cortesía pensé que sería un gesto obligado dirigirle al menos una palabra, eso a parte, me permitiría reforzar mi ingles ya bastante logrado.
- Hace frío ¿verdad?
- Sí. – y mirandome de arriba hacia abajo, preguntó- ¿Usted no es ingles, verdad?-. Supongo que para demostrarme que él también era cortés.
- No. Estoy de paso. Vine por negocios. Mañana vuelvo a mi país.
Así, intercambiando pequeñas frases que luego se fueron extendiendo, Hartley se presentó como profesor de filosofía a cargo de una cátedra en la Universidad de Newcastle. Su aspecto no desentonaba con su profesión, pensé.
Después de terminado el desayuno, el hombre se puso de pie y antes de despedirse me preguntó si quería presenciar su clase, si quería acompañarlo.
- Hoy es el primer día. Me gustaría que me acompañe, cuando termine con la clase puedo llevarlo a conocer algunos sitios interesantes de mi viejo Newcastle.
Dudé, pero luego decidí aceptar. Debía esperar largas horas hasta la noche para viajar y pensaba hacer tiempo en quehaceres turísticos, pensar en eso guiado por un nativo me pareció más atractivo que deambular en soledad por calles que no conocía.
Salimos juntos del bar. Yo gentilmente pagué la cuenta y él me agradeció con la promesa de invitarme luego con un auténtico whisky del país. Tomamos un ómnibus hasta las puertas de la universidad; un majestuoso edificio con aire de castillo medieval y grandes caminos de roca que unían las dependencias con el bloque principal. Me contó de un tal Sir Thomas Hartley y deduje, por el apellido, que sería algún pariente del cual se sentía orgulloso. Caminamos, él hablaba de su pasión por la enseñanza, de su pasión por la filosofía y en un tono más informal, de su pasión por el futbol y por el Newcastle United. Fuimos por los amplios pasillos; yo lo seguía. Él, con andar pausado, iba revisando las aulas hasta que dijo “Es aquí”.
El aula estaba repleta de jóvenes estudiantes que murmuraban hasta que él hizo su entrada. Yo lo seguí y me ubiqué en la parte más alta del estrado en uno de los pocos lugares que quedaban libres. Los mil dos ojos que se encontraban allí se concentraron en su figura que, cruzando las manos a sus espaldas, comenzó a hablar al frente de la clase.
- Muy bien- dijo - Bienvenidos-
El silencio fue total, sólo algunas sonrisas complacientes ante la presencia de quien dirigiría la reunión. Hartley comenzó a hablar, a modo de introducción, sobre la historia de su vida. Las hojas comenzaron a llenarse de apuntes, algunos con mayor capacidad de síntesis que otros.Pasaron no más de diez minutos y un hombre calvo se presentó en el salón con dos encargados de seguridad.
- Hartley, por favor- dijo el hombre mientras los agentes lo invitaban a retirarse.
Los alumnos quedaron boquiabiertos. Hartley se opuso, pero fue rápidamente persuadido por los uniformados. El hombre que los comandaba quedó al frente del aula y se presentó como el rector de la universidad.
- Lamento lo sucedido. Este hombre se escapó de un neuropsiquiátrico y suele hacernos cosas como esta cada vez que logra escaparse. El profesor a cargo está por llegar; les ruego sepan esperar en orden.
El bullicio creció y el alumnado se sintió molesto, sobre todo los que más habían llenado sus cuadernos con las cosas que Hartley estaba diciendo. Hubo carcajadas, indignación y todo tipo de comentarios. Nadie se atrevió a reconocer que lo que Hartley estaba diciendo era interesante. Yo abandoné el aula y, por más que lo intenté, no pude dar con Hartley. Uno de los profesores me explicó que el hombre había sido alumno de la institución y que por vaya uno a saber qué causa un día fue necesario internarlo.
Me hubiera gustado quedarme, pero tuve que partir ese mismo día. Me hubiera gustado que un loco hubiese sido mi guía por las calles de Newcastle, supongo que hubiese conocido cosas que jamás conoceré. Me hubiera gustado que alguien hubiese conservado los apuntes de aquellos minutos de clase, pues realmente habían sido interesantes a pesar de que no formaban parte del programa. Me hubiera gustado saber si alguno de aquellos alumnos dudó, a partir de entonces, de que la escena se repitiese, no sólo cuando llegó el «verdadero» profesor de la clase, sino cada vez que debieran enfrentarse a alguien por primera vez. Por mi parte, agradezco a Hartley la enseñanza. Desde entonces, sólo presto atención a quienes me aseguran que la merecen.

domingo, 29 de junio de 2008

EN TI

mi arte es mi orgullo, mis logros mi triunfo, tu crítica mi motivación, tus elogios mi fin.
hago por hacer con el fin de conseguir satisfacción, pero lo que consigo son más deseos de hacer
llego a ningún lado, estoy donde no quiero estar justo en el momento preciso
con ganas siempre de estar en el lugar de las fotos que guardo
deseo ser quien soy y quien tu quieres que sea o ninguno de los dos
para poder reinvertarnos y dibujarnos de nuevo con otro color
quiero estar en ti, pero no contigo
quiero que estés con mi imagen y mi ser y verte desde lejos
quiero que seas mi arte, mi logro, tu crítica, tus elogios
te quiero en mi y yo estar en ti

miércoles, 25 de junio de 2008

Al abrigo

Un comerciante de muebles que acababa de comprar un sillón de segunda mano descubrió una vez que en un hueco del respaldo una de sus antiguas propietarias había ocultado su diario íntimo. Por alguna razón -muerte, olvido, fuga repentina, embargo- el diario había quedado ahí, y el comerciante, experto en construcción de muebles, lo había descubierto por casualidad al palpar el respaldo del sillón corroborando al solidez del mismo. Ese día se quedó hasta tarde en el negocio abarrotado de camas, sillas, mesas y roperos, leyendo, casi oculto en la trastienda y alumbrado por la tenue luz de una vieja lámpara de pie, inclinado sobre el escritorio.
El diario ,de tapas sucias por el polvo de quien sabe cuanto tiempo, revelaba, día a día, los problemas sentimentales y emocionales de su escritora. Mostraban una faceta de la personalidad y de la intimidad de una persona que había vivido disimulando y ocultando su verdadera identidad y que por un azar inconcebible el mueblero descubre, entonces se da cuenta que en realidad el, aún sin conocerla sabía más de ella que las propias personas de su entorno, sus seres queridos y que aparecían mencionadas en el diario.
La idea de que alguien pudiera tener en su casa, al abrigo del mundo, algo escondido -un diario en este caso u otra cosa-, dejo al mueblero pensativo y no lograba comprender como era posible. Así pensando y mientras ordenaba los papeles de su escritorio, minutos después se dio cuenta, no sin asombro, de que él también ocultaba algo, que solo él y nadie más en el mundo, ni sus hijos, ni su esposa, sabían que existía. En el ático de su casa, entre viejas revistas de náutica y de modelismo, ocultaba disimulada una caja rectangular de lata donde se encontraba guardado un rollo de billetes que iba engrosando de tanto en tanto. No existía para el un objetivo determinado por el cual guardara esos billetes, pero poco a poco lo fue ganando una pesada certidumbre de que su vida entera se definía no por sus actividades cotidianas, ni por su imagen ante el mundo, sino por el rollo de billetes que se carcomía en la oscuridad del confidente ático. y que de todos los actos que realizaba, el fundamental era el de agregar de vez en cuando un billete al polvoriento rollo.
Mientras encendía el letrero de neón que llenaba de una luz azul violeta el negro aire nocturno por encima de la calzada, el mueblero fue asaltado por otro recuerdo: buscando un lápiz en la habitación de su hijo mayor, descubrió oculto en un doble fondo del cajón de su escritorio una serie de fotos y cartas de una antigua novia, quien ya se había casado. el mueblero las había dejado rápidamente de vuelta en su lugar procurando ser cuidadoso con la disposición de los objetos para que pareciera que nada había pasado, menos por pudor que por temor de que el hijo pensase que al padre le gustaba hurgar entre sus cosas.
En la cena el mueblero se quedo mirando a su mujer y por primera vez en treinta y dos años le venia a la cabeza la idea de que ella también debería tener algo al resguardo de todos, algo que solo ella conociera, algo tan profundamente hundido que ni la tortura podría hacérselo confesar. El mueblero sintió vértigo, no era miedo de ser o sentirse traicionado sino la certidumbre de que, ya en el umbral de su vejez, iba a verse obligado a cambiar las nociones más elementales que constituían su vida. O lo que él creía que era su vida. Porque su verdadera vida según su nuevo punto de vista transcurría en alguna parte oscura, al abrigo de lo cotidiano y permanecía inalcanzable o tal vez no, como el diario.

La realidad en el espejo

Me gustaría perpetuar un momento como este en el tiempo.

Retendría la imagen, los aromas y las sensaciones que se generan en ese instante.

Cuando te sentís realmente pleno.

Cuando el entorno te llena de un sentimiento raro, pero intenso,

Cuando te sentís realmente asqueado.

Borraría la imagen, los aromas y las sensaciones que se generan en ese instante.

Me gustaría olvidar un momento como este para siempre.

lunes, 23 de junio de 2008

Hola a todos

Holas a todos los que purulan por el ciberespacio.
Me presento soy Dobled.
Les prometo de lo bueno y de lo malo.
pero no lo tomen muy en serio porque es posible que si me pinta irme al carajo me vaya, o tal vez me decida quedar.
Por qué en la vida se te presentan tantas dicotomias?
Por qué siempre hay que decidir?
Por qué esta lo bueno y lo malo?
Nos vemos o no
que se yo, a mi no me pregunten.