miércoles, 23 de julio de 2008

Quien contesta lo que nadie sabe?



Que es lo que nos impulsa a seguir?
Por que absurda razón, sin razón, nos reinventamos día a día para volver a intentar, más allá de nuestras escazas provabilidades de lograr el fin anciado?
Será nuestra idiotez o existirá la esperanza de ver algo que realmente vaya en contra de todas las estadísticas de la metafísica?
Existirá un motor universal que demande nuestra energía como combustible para su funcionamiento. Una maquinaria más grande que nuestra capacidad de entendimiento. Un montón de estrujados y retorcidos mecanismos que se alimentan de lo que nosotros llamamos espíritu, o alma, o luz interior, o chi, o aura.
Quizá no exista una respuesta, o mejor dicho talvez existan muchas y ninguna sea la correcta, desde ya que esto será relativo como lo es todo en este universo.
Universo. Y se eso no es el final y si hay más aún. Quien llego hasta el final como para asegurar que es infinito y que cruzando el alambrado que delimita el universo no hay otro, en el cual se están realizando preguntas tan absurdas como estas en este u otros instantes.
Instantes, fragmentos de vida, migajas de un viaje a travez del espacio tiempo, tiempo, y al final suerte es mi destino.

viernes, 18 de julio de 2008

Hace mucho hubo un hombre...

Hace mucho, mucho tiempo, escribí estos dos fragmentos, de nada.
Hubo un tiempo que no hizo falta pensar en el tiempo.



Hubo un tiempo que en el tiempo no existía el hombre.


Hubo un hombre que creo a un Dios.


Hubo un hombre que estuvo en el tiempo.


Hubo un Dios que no nunca fue Dios.


Hubo un hombre que dijo, vio a Dios.


Hubo una persona que dijo ser Dios.





Hubo un mundo que se creyó dios y desapareció.



Hoy un viernes de Julio del dos mil ocho, crece una duda en mi corazón y en mi razón. Yo nunca fui muy religioso, y tal vez nunca lo sea. Poco a poco veo pasar los días, y las guerras, veo el hambre con que vive la mitad del mundo, veo como… como cerdos hambrientos de la inmundicia; van hacia el dinero y mientras más ricos son más ricos quieren ser y tiran todo lo que ellos no le gustan o lo que la “moda” les impone. En tanto en otra parte del mundo miles de niños mueren. Mueren del flagelo más espeluznante que existe en ese mundo. El hambre cruel martirio para el que lo padece, un insignificante sollozo para el que mira de lejos. Que ni siquiera se digna a hacer algo por aliviar su pena y su hambre. Y poder aliviar su propia alma.






jueves, 3 de julio de 2008

Ilusiones

Existen imágenes que tratan de que comprendamos que la realidad es relativa a los ojos que la ven o a los espíritus que la sienten.
El seductor juego de las apariencias cambia las percepciones y nos hace ver lo que queremos ver.

Imágenes bien logradas pueden desconcertar al más experto como al más ignorante de los observadores.
Imágenes con una síntesis ambigua causan asombro y alguna exclamación en escépticos espectadores.



Uno intentara descifrar el como fueron hechas o donde está el truco cual artilugio de un mago.
Uno intentará descubrir los métodos para saber como se logro llegar a esa imagen.
UNO, SI ES SENCIBLE, SE DARA CUENTA QUE HAY REALIDADES QUE SON UNA ILUSION Y REALIDADES QUE DESILUSIONAN....



..... O NO?




miércoles, 2 de julio de 2008

" el caldo" de Ana Gabriel Lopes-Miura

Esto no es mio pero se los convido para que se saboreen.


- Manolo no podía desprenderse de esa persistente gripe que lo asediaba desde hace una semana. Para la segunda consulta, el Dr. Villanueva había tenido que ir al apartamentito en Santurce donde vivían el paciente y su esposa, Sara, a auscultarlo una y otra vez. “Sólo es una gripe bastante fuerte y para eso le he recetado sus medicamentos. No se preocupen, lo que sucede que a los 75 años no se la pasa uno tan fácilmente como cuando tiene treinta, ¿o no, Don Manolo?-“Se pasa de mierda”-contestó lánguidamente el paciente, con una voz carrasposa y débil,que el Dr. Villanueva reconoció no sólo como el producto de la enfermedad,sino de la pobreza y de la vejez.-“Doña Sara, continúele dando las medicinas a Don Manolo y no se desespere. Es natural que a su edad tarde un poco más en mejorarse. ¿Por qué no le prepara un caldo de pollo, suavecito para el estómago, pero que le levante el espíritu?Desde ese día, Sara se levantó temprano todos los días a preparar el caldo. No iba a hacer como todas las vagas que conocía, o sea, dejar hervir el pollo y echarle un poco de sal. Para su Nolo,prepararía un caldo delicioso, con zanahorias,apio,ajo,cebolla, cilantrillo y hasta maíz. Se tardaba bastante en prepararlo, porque quería que todos los ingredientes dejaran su impresión y su sabor particular en en el caldo. El primer día en que le llevó su caldo a Manolo, éste pareció tomar un poco de color y se animó a encender el televisor y ver a “Columbo”, su programa preferido, durante unas horas. Sara estaba convencida de que en aquél caldo se habían reflejado todo su amor y todas sus buenas intenciones, así que continuó preparándolo y sirviéndoselo en la cama a Manolo, quien lo sorbía con avidez mientras veía la televisión. Luego de unos tres días , Manolo comenzó a desmejorar. Perdió el color nuevamente, se fatigaba al hablar y su respiración era entrecortada. “Sarita, mija, a ti es a a quien más quiero en ésta vida”-le dijo Manolo el cuarto día.Desde entonces, Manolo no volvió a hablar. Su mirada se quedaba fija en el televisor durante todo el día. Sara, por supuesto, se culpó a sí misma. Lo más probable es que no estuviese poniendo el esmero de antes en su caldo, se había confiado y por eso Manolo había empeorado, así que todos los días lo preparaba, se lo servía y hasta lo alimentaba ella misma. “Eso es,mijo, cómete ésto y te me pones bueno rapidito. Después te tomas las medicinas que te recetó el doctor. !Ay! Se te ensució el pijama. Te lo limpio ya, pero cómete este poquito más, mi Nolo del alma,mi viejo querido, pa’ que te me cures ya”.Cuando la policía llegó al apartamento de Doña Sara y Don Manolo, respondiendo a las quejas de sus vecinos de un hedor insoportable que provenía del lugar, tuvieron que taparse la boca y la nariz con un pañuelo. El hedor era insoportable. Casi no se podía respirar en aquél espacio tan pequeño, por lo que no podían comprender por qué aquella anciana que, ahora cocinaba algo parecido a un caldo en la estufa, ahora servía un poco en un plato hondo y ahora lo llevaba a la habitación adonde la siguieron y encontraron a un anciano muerto y en estado avanzado de descomposición, parecía no darse cuenta ni del hedor ni de su presencia.Necesitaron dos de sus hombres y una mujer policía para sacar a Doña Sara de la casa. El Sargento Miró vio al anciano,muerto en su cama desde hacía una semana. Las moscas lo rondaban. Su boca, cuello y la camisa del pijama estaban empapados de caldo.“Pobre vieja, coño”-dijo Miró ,tomando una cuchara de forma inesperada y probando el caldo que con tanto amor había preparado aquella señora que ahora sería enviada a un asilo. Miró sonrió tristemente después de probarlo.“¿Qué pasa, Sargento?”-preguntó el Oficial Pérez, el único que pudo entrar y quedarse adentro sin vaciar todo su contenido estomacal, cosa que sucedería muy pronto si veía al Sargento comenzar a comer afanosamente el brebaje..“No entiendo qué pasó”-respondió Miró- “Este caldo está como para revivir a un muerto.”

la que suena, es mi personalidad o la tuya?

La personalidad es aquel rasgo distintivo de una persona y en un sistema que exacerba el consumo masivo a la vez que el egocentrismo, es vital tener "personalidad".

Es una cuestión compleja que merecería el análisis de sendos vectores, sobre todo para dar luz sobre el porque, por ejemplo, un niño pobre insoportable, rebelde e insufrible es encajonado a golpes de instituciones y el mismo niño, pero rico, es simplemente una criatura con "mucha personalidad".

Esto no es solo adjudicable a los niños claro está. Un actor al que las mieles de Hollywood le han untado el cuerpo, y se viste como una prostituta de Shangai: tiene personalidad!!! Cualquier otro humano sería discriminado por la sociedad por esa rápida asociación que hacemos entre vestimenta y salud mental, nivel socio económico, nivel cultural, etc.

Pero gracias a una de las ultimas revoluciones en comunicación hoy podemos decir que occidente puede expresar su personalidad y la personalidad hoy esta al alcance de casi todos!!!!

¿Dónde? ...en el celular!!!
Eso al menos me han dicho. Escuche a un vendedor: "bueno, el modelo y el diseño que quiera depende de su personalidad".

Las compañías notaron que el mercado necesitaba sentir, al menos de forma ficticia, que existia un producto pensado para cada "personalidad" y que uno como usuario seguía manteniendo su personalidad más allá de uniformarse con la nueva tecnología.

Así como las Barbies se fueron reinventando para que una niña clase media occidental tuviera al menos hasta su adolescencia incentivos para seguir exigiendo Barbies, la telefonía celular comenzó a diversificar el producto. Barbie tenista, Barbie ama de casa, Barbie negra, blanca, de fiesta, lisiada, secretaria, peinada, despeinada, de safari, etarra, hippie, surfista, anoréxica, satánica y no se cuantas allá, de igual forma: hoy, casi no hay un celular igual a otro.

Lo cierto es que es casi imposible escapar de la fuerza centrifuga del mercado. Pero ya no existirá el problema de verme masificado, porque soy la masa, pero tengo personalidad, y la muestra es mi teléfono celular.
Lógicamente los modelos también ponen líneas divisorias entre aquel que saca fotos, se comunica, envía texto, guarda datos, descarga su agenda de la laptop y tiene radio, mp3 y demás cosas, con aquel que tiene un celular miserable. En pocas palabras el vendedor debería decir: ¿usted tiene una personalidad de quinientos dolares o esta pensando en una personalidad económica?

Pero más allá de las fundas, más deportivas, más Paris Hilton, más camufladas, más cibernéticas, más de etiqueta o de los colores intercambiables, o de los stikers que reflejan nuestra personalidad (gama que va desde Kitty hasta alguna cosa que nos vino en un paquete de papas fritas): existen los ringtones!!!!

¿Quieren más personalidad que eso? Somos libres!!!! Podemos expresar lo que somos a través de un rington (para aquellos que se preguntan que es un ringtone, es lo que suena hoy de manera más sofisticada que aquel ring ring que nos acompaño por casi un siglo de la historia humana.

Por suerte esta célula celular de la personalidad humana gana día a día en diversidad, y lo diverso es personal.

Pero hasta aquí este escrito llenó de alegría tecnologisista no anuncia la información más relevante. Hoy nadie necesita forjarse una personalidad a base de dolores, pasiones, elecciones, errores, aciertos, tenacidad, temple, oficio, etc. Hoy puedes bajarte tu personalidad de algún sitio de Internet!!!!! y eso no tiene precio. Sobre todo si tienes deseos de dejar en claro que tienes una personalidad determinada, única. Algún día se dejará de formular la pregunta: ¿de quién es este celular? para dar paso a ¿quien dejó su personalidad sobre esta mesa? o lo que es mejor ¿Tú eres de este celular?

Disculpen, pero tengo una llamada de alguien que colocó un sorprendente sonido de teléfono antiguo en mi celular a modo de ringtone. Qué original!!! ring, ring ... ring.

Conocí a Brian Hartley

Conocí a Brian Hartley hace unos diez años en la ciudad de Newcastle, Ingaterra. Estaba yo desayunando en un pub cuando el hombre se acercó a mi mesa preguntándome si estaba dispuesto a compartirla. Mire alrededor y aunque no me senti muy cómodo y dado que el lugar se encontraba muy concurrido y no ofrecía un solo lugar disponible, no tuve más remedio que aceptarlo como compañero casual.
Alto, delgado, de unos cincuenta y pico de años, canoso y vistiendo un traje de paño marrón bastante gastado, el caballero se mostró sociable y muy educado. Pidió un café y trató de no interferir en la lectura del periódico que me mantenía ocupado. Por cuestiones de cortesía pensé que sería un gesto obligado dirigirle al menos una palabra, eso a parte, me permitiría reforzar mi ingles ya bastante logrado.
- Hace frío ¿verdad?
- Sí. – y mirandome de arriba hacia abajo, preguntó- ¿Usted no es ingles, verdad?-. Supongo que para demostrarme que él también era cortés.
- No. Estoy de paso. Vine por negocios. Mañana vuelvo a mi país.
Así, intercambiando pequeñas frases que luego se fueron extendiendo, Hartley se presentó como profesor de filosofía a cargo de una cátedra en la Universidad de Newcastle. Su aspecto no desentonaba con su profesión, pensé.
Después de terminado el desayuno, el hombre se puso de pie y antes de despedirse me preguntó si quería presenciar su clase, si quería acompañarlo.
- Hoy es el primer día. Me gustaría que me acompañe, cuando termine con la clase puedo llevarlo a conocer algunos sitios interesantes de mi viejo Newcastle.
Dudé, pero luego decidí aceptar. Debía esperar largas horas hasta la noche para viajar y pensaba hacer tiempo en quehaceres turísticos, pensar en eso guiado por un nativo me pareció más atractivo que deambular en soledad por calles que no conocía.
Salimos juntos del bar. Yo gentilmente pagué la cuenta y él me agradeció con la promesa de invitarme luego con un auténtico whisky del país. Tomamos un ómnibus hasta las puertas de la universidad; un majestuoso edificio con aire de castillo medieval y grandes caminos de roca que unían las dependencias con el bloque principal. Me contó de un tal Sir Thomas Hartley y deduje, por el apellido, que sería algún pariente del cual se sentía orgulloso. Caminamos, él hablaba de su pasión por la enseñanza, de su pasión por la filosofía y en un tono más informal, de su pasión por el futbol y por el Newcastle United. Fuimos por los amplios pasillos; yo lo seguía. Él, con andar pausado, iba revisando las aulas hasta que dijo “Es aquí”.
El aula estaba repleta de jóvenes estudiantes que murmuraban hasta que él hizo su entrada. Yo lo seguí y me ubiqué en la parte más alta del estrado en uno de los pocos lugares que quedaban libres. Los mil dos ojos que se encontraban allí se concentraron en su figura que, cruzando las manos a sus espaldas, comenzó a hablar al frente de la clase.
- Muy bien- dijo - Bienvenidos-
El silencio fue total, sólo algunas sonrisas complacientes ante la presencia de quien dirigiría la reunión. Hartley comenzó a hablar, a modo de introducción, sobre la historia de su vida. Las hojas comenzaron a llenarse de apuntes, algunos con mayor capacidad de síntesis que otros.Pasaron no más de diez minutos y un hombre calvo se presentó en el salón con dos encargados de seguridad.
- Hartley, por favor- dijo el hombre mientras los agentes lo invitaban a retirarse.
Los alumnos quedaron boquiabiertos. Hartley se opuso, pero fue rápidamente persuadido por los uniformados. El hombre que los comandaba quedó al frente del aula y se presentó como el rector de la universidad.
- Lamento lo sucedido. Este hombre se escapó de un neuropsiquiátrico y suele hacernos cosas como esta cada vez que logra escaparse. El profesor a cargo está por llegar; les ruego sepan esperar en orden.
El bullicio creció y el alumnado se sintió molesto, sobre todo los que más habían llenado sus cuadernos con las cosas que Hartley estaba diciendo. Hubo carcajadas, indignación y todo tipo de comentarios. Nadie se atrevió a reconocer que lo que Hartley estaba diciendo era interesante. Yo abandoné el aula y, por más que lo intenté, no pude dar con Hartley. Uno de los profesores me explicó que el hombre había sido alumno de la institución y que por vaya uno a saber qué causa un día fue necesario internarlo.
Me hubiera gustado quedarme, pero tuve que partir ese mismo día. Me hubiera gustado que un loco hubiese sido mi guía por las calles de Newcastle, supongo que hubiese conocido cosas que jamás conoceré. Me hubiera gustado que alguien hubiese conservado los apuntes de aquellos minutos de clase, pues realmente habían sido interesantes a pesar de que no formaban parte del programa. Me hubiera gustado saber si alguno de aquellos alumnos dudó, a partir de entonces, de que la escena se repitiese, no sólo cuando llegó el «verdadero» profesor de la clase, sino cada vez que debieran enfrentarse a alguien por primera vez. Por mi parte, agradezco a Hartley la enseñanza. Desde entonces, sólo presto atención a quienes me aseguran que la merecen.